La eficiente gestión de stock se convierte en una pieza fundamental para el éxito de cualquier operación logística y aquí también entra el papel del carretillero y de mozo de almacén. La correcta administración de los recursos y materiales esenciales para el funcionamiento de un almacén o centro de distribución garantiza la optimización de los procesos y el cumplimiento de las demandas del mercado. En este post, exploraremos en detalle qué es la gestión de stock y los modelos de gestión que existen.
¿QUÉ ES LA GESTIÓN DE STOCKS?
La gestión de stock se refiere al conjunto de actividades y estrategias implementadas para controlar, supervisar y organizar los inventarios de un almacén o centro de distribución.
Su objetivo principal es asegurar que los productos estén disponibles en el momento y lugar adecuados, evitando tanto la falta de existencias como el exceso de ellas. A través de un enfoque sistemático y planificado, los carretilleros son capaces de garantizar la disponibilidad óptima de los productos, minimizando los costos asociados al almacenamiento y maximizando la satisfacción del cliente.
El primer paso en la gestión de stock es la realización de un inventario preciso y detallado. Los carretilleros deben registrar exhaustivamente todos los productos y materiales almacenados, junto con su ubicación física. Esto permite tener un conocimiento completo del stock disponible, facilitando la toma de decisiones informadas sobre qué productos reponer, cuándo hacerlo y en qué cantidad. Además, un inventario actualizado ayuda a identificar productos obsoletos o de baja rotación, permitiendo su retirada y liberando espacio para mercancías más relevantes.
¿QUÉ MODELOS DE GESTIÓN DE STOCKS EXISTEN?
En la actualidad existen muchos modelos de gestión de stock, pero lo cierto es que solo tres logran destacar ahora mismo. Son el Just in time, el modelo Wilson y el modelo ABC.
Just in time
El modelo Just-in-Time tiene como objetivo principal reducir al mínimo los inventarios manteniendo solo la cantidad necesaria de materiales y productos en el momento preciso. En lugar de almacenar grandes cantidades de stock, el JIT se basa en un flujo constante y sincronizado de productos, donde los componentes y materiales llegan justo a tiempo para ser utilizados en la producción o para satisfacer la demanda del cliente.
Mediante la planificación y coordinación efectiva, los materiales se entregan solo cuando son necesarios, evitando así los costos asociados al almacenamiento prolongado y al mantenimiento de inventarios excesivos. Esto no solo reduce los costos operativos, sino que también permite un uso eficiente del espacio en el almacén, liberando recursos y mejorando la agilidad en la producción.
Una de las claves del éxito del modelo Just-in-Time es la calidad total. Al mantener una cadena de suministro altamente eficiente y confiable, las empresas pueden enfocarse en mejorar la calidad de los productos y reducir los tiempos de entrega. Esto se logra mediante la implementación de prácticas como el control de calidad en cada etapa del proceso y la adopción de técnicas de producción lean, que minimizan el desperdicio y optimizan la utilización de los recursos.
Modelo Wilson
El objetivo del modelo Wilson es encontrar el equilibrio perfecto entre los costos de mantenimiento de inventario y los costos de realizar pedidos o producir nuevos productos.
Permite reducir los costos de almacenamiento al mantener niveles óptimos de inventario. Al evitar el exceso de stock, se ahorra espacio y se minimizan los riesgos asociados con el deterioro o la obsolescencia de los productos almacenados.
El modelo Wilson optimiza la eficiencia de la cadena de suministro al garantizar un flujo constante de productos. Al establecer los momentos y las cantidades adecuadas para realizar pedidos, se evita la falta de existencias y los posibles retrasos en la entrega a los clientes. Esto mejora la satisfacción del cliente y fortalece la reputación de la empresa en el mercado.
Otro aspecto destacado del modelo Wilson es su capacidad de adaptación a las fluctuaciones en la demanda. A medida que las necesidades del mercado cambian, la fórmula puede ser ajustada para satisfacer las nuevas circunstancias, asegurando así una gestión de inventario eficiente y ágil.
Modelo ABC
El modelo ABC se basa en la premisa de que no todos los productos o artículos en tu inventario tienen el mismo nivel de importancia o valor para tu negocio. Se centra en clasificar los elementos en tres categorías principales: A, B y C, según su relevancia para el éxito y la rentabilidad de tu empresa.
La categoría A representa los productos de mayor importancia y valor, aquellos que generan la mayor parte de tus ingresos y ganancias. Estos productos son cruciales para tu negocio y deben recibir una atención especial en términos de gestión y control de inventarios. La prioridad aquí es asegurar su disponibilidad constante y evitar cualquier escasez o interrupción en su suministro.
La categoría B incluye productos de importancia moderada. Aunque no generan tanto volumen de ventas como los de la categoría A, todavía tienen un impacto significativo en tu negocio. Estos productos requieren un seguimiento adecuado y una gestión eficiente para evitar problemas de stock y mantener la satisfacción de los clientes.
La categoría C abarca los productos de menor importancia o valor en tu inventario. Aunque no representan una parte significativa de tus ingresos, todavía son necesarios para cubrir una variedad de demandas de los clientes. Aquí, la gestión se enfoca en mantener un nivel de stock adecuado sin incurrir en costos innecesarios.
El modelo ABC te brinda una visión clara y precisa de tus inventarios al clasificarlos según su importancia y valor. Esto te permite tomar decisiones informadas sobre cómo asignar tus recursos, establecer niveles de stock óptimos y garantizar la satisfacción de tus clientes.
Además, el modelo ABC facilita la implementación de estrategias específicas para cada categoría. Por ejemplo, los productos de la categoría A pueden beneficiarse de técnicas como el reabastecimiento continuo o la implementación de sistemas de inventario automatizados. Mientras tanto, los productos de las categorías B y C pueden ser manejados con métodos de gestión más flexibles, adaptados a su demanda y características individuales.
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